lunes, 23 de septiembre de 2019

Mario Abreu Color y Magia de America



Prof.  Poeta Fredy Angulo

Correo: freddyangulo1@hotmail.com

                               Mario Abreu Color y magia de América



Mario Abreu abre  las puertas del próximo milenio y su obra y su palabra se asoman plenas de vida. Conciencia lúcida y aliento vital del arte del Siglo XX  venezolano, desde que advino a las Artes Plásticas se hizo certera nombradura de la América mágica que lo recibió en Turmero el 22 de agosto de 1919. Ese día, seguramente, al pié del  altar de su madre, Georgina Abreu, se conversaba de muertos y aparecidos mientras la luz de las velas inundaban el cuarto de presencias míticas.

El maestro Abreu  se prendería de esa magia cuando aún era un niño que desandaba las calles de Turmero intentando atrapar la luz de las estrellas que estallaban frente a las lámparas de carburo. Entonces  se fabricó un reino sin linderos ni verdades que impidieran su entrada  al universo de revelaciones que significaba todo el mundo mágico del pueblo nativo, por donde transitaban antiguos caballeros y en el cual nadie podía crecer  sin que fuese tocado por los signos de la brujería.

Muy pronto supo que el mundo es un compendio de sensaciones  como aquella que descubrió en el propio patio de su casa cuando tocó una planta y ésta se durmió en sus manos. Entonces “la negra” Amelia Borges, su madrina, abrió el cuerpo de los ritos y mitos propios de la santería que en él  floreció transformada en arte, en sus objetos mágicos, en una  obra que cada día tiene más vigencia , y, seguramente, hace que se repita su aprendizaje en cada niño que se asoma a ella, y toca la  sensibilidad más pura que un artista pueda transmitir.

En los anaqueles de la pulpería de Tomás Belmonte, donde ganaba el pan a los 9 años, descubrió que los sueños se pintaban y aprendió a copiar las ilustraciones de Leoncio Martínez “Leo” en la Revista Fantoches, y llenó el rancho donde vivía con aquellos dibujos. Esos recuerdos le acompañarían durante toda su vida, como  aquel  que llegó un  marchante  árabe a su casa y exclamó: “Caramba, quién hizo eso. Manden a ese muchacho para Caracas”.

Al hablar de aquellos años  refería:  “ Hay una soledad del hombre que tiene gran peso en mí, que la siente uno de niño; entonces cuando se trata de dibujar en un papel , es como si esa soledad se acompañara con la creación. El trabajo es un intento de comunicación espiritual con el otro. Yo empecé a copiar las caricaturas de Leo, empecé a dibujar y traté de tener una relación con el otro que estaba basada en una copia, pero con una intención ya de crear algo y de hacerme sentir dentro de la sociedad (...) me motivó el entorno, el paisaje y  darle una respuesta a la soledad”

A los 11 años ya Mario Abreu habitaba en Caracas, en el barrio Monte Piedad, donde trabajaba como mandadero. Le impactó la ciudad de mucha luz que contrastaba con  su pueblo de origen donde se alumbraban con carburo. Allí conoció a su padre. Dos años más tarde vuelve a Turmero a trabajar en la bodega  de Belmonte, que en su testimonio era el Ateneo del pueblo.

-Las conversaciones de los arrieros que iban llegando con el café y el maiz eran para mi pura magia, y tenían mucho de humor. Recuerdo un viejo que solía pedir: Deme un ron y una escoba. ¿ Cómo es eso? le contestaban. “Pues lea la etiqueta-respondía el viejo sin dientes-Allí dice Ron Ibarra.”  Otro arriero recitaba “Agua pide el labrador y el marino pide viento”. Lo mío era oír pero sobre todo lo visual .

                       PULIENDO VIDRIOS  DESCUBRIÓ EL ARTE
    La estrechez económica y la necesidad de  errancia que había prendido en  Abreu  le llevó nuevamente a Caracas. Allí, después de desempeñarse como repartidor en una bicicleta, tuvo su encuentro con la obra de grandes artistas. Fue en la Casa  Benzo, especializada en marquetería, donde trabajaba como pulidor de vidrios, que conoció   la pintura  de importantes creadores  venezolanos.  Bajo la tutela de su hermano Martín, marquetero de oficio, fue creciendo en él la vocación por la pintura.

     “Decidí estudiar de noche en la escuela pero no recuerdo si por fin saqué el sexto grado. Creo que no. De allí me iba a la Escuela de Bellas Artes, que quedaba en la esquina de El Cuño y estudiaba una hora de pintura. Vino un concurso para obtener una beca de cien bolívares mensuales. Lo gané. Era un concurso bondadoso que veía más el esfuerzo que los conocimientos. Me vestía con la ropa de mi hermano y entré de día  a la Escuela de Bellas Artes. Mis compañeros eran Soto, Cruz Diez, Alejandro Otero, Pascual Navarro, Régulo Pérez, Mateo Manaure, Trompiz, y Carlos González Bogen, entre otros.”

    Al referirse a sus maestros de aquel tiempo Mario Abreu confesaba: “Nosotros tuvimos  unos maestros que fueron tan buenos como los podría haber tenido la escuela de Bellas Artes de París. Eran hombres de gran honestidad empeñados en formar nuevos valores. Rafael Monasterios era sencillísimo, Marcos Castillo, el gran Antonio Edmundo Monsanto, Pedro Ángel González, y otros maestros como Juan Vicente Fabbiani, Rafael Ramón González , Luis Alfredo López Méndez y César Prieto. Fue un tiempo muy bonito ese de la escuela. Yo seguía las pautas de la escuela que aunque liberal se apegaba a las técnicas tradicionales del conocimiento.”

    En opinión de la crítico de arte Katherine Chacón en el estilo de entonces pueden verse algunos rasgos derivados del Cubismo -movimiento que , según la enseñanza de la época, representaba la máxima vanguardia- a través del afán constructivo con que son realizadas las figuras y dispuestas las formas en el espacio.

    En 1947 el maestro Abreu culminó sus estudios en la Escuela de Artes Plásticas y Aplicadas de Caracas, y realizó su famoso autorretrato en el que a juicio de K. Chacón la rotunda construcción de la figura comparte ciertos rasgos expresivos, y se perfilan algunos temas que, como el Cristo, serán trabajados ampliamente en etapas posteriores.

    El año 1948 tiene especial importancia para el desarrollo de las Artes Plásticas en el país. Esa es la fecha de la creación del  Taller Libre de Arte, que se propone indagar en la problemática  artística latinoamericana  y se confronta  con el  famoso Grupo de Los Disidentes, con el cual entra el arte venezolano en la modernidad..

    Para Mario Abreu el conocimiento de la obra  “ La Silla” de Wilfredo Lam en la casa de Alejo Carpentier, escritor cubano que habitaba en Caracas,  le acercó a su propio mundo al revelarle una especie de magia selvática. Las obras posteriores a ese encuentro y el testimonio del artista refieren el profundo impacto que produjo en él la obra del célebre pintor cubano.

    Apuntaba  Miyó  Vestrini  que para entonces Abreu “quería fusionar lo representativo y hacer una pintura que fuese más llanto, más grito , más exaltación de la tierra , exuberancia, enigmas.”

    En 1952 ganó el Accésit al Premio Nacional  con “El Gallo”, lo que le permitió trasladarse a París. “ No era mucho dinero-decía Mario Abreu- siete mil bolívares eran algo. Con eso y con una beca de 300 bolívares que me dió la Gobernación de Aragua llegué a París. Recogía periódicos  por la calle con Jacobo Borges y tocaba maracas acompañando a  Soto en los bares. Todavía no manejaba un criterio conceptual sobre mi obra, sino más bien vivo, en el sentido orgánico de las cosas. Fue en 1960  que comencé a trabajar con los objetos”.

NACIMIENTO DE LOS OBJETOS MÁGICOS

Al referirse a los primeros años de la obra de Mario Abreu los críticos la definen como “reflejo de un expresionismo simbólico que se apoya en temas americanos, formas del folclor, animales híbridos , temas religiosos plasmados en imágenes poéticas”.

    Es en 1960 cuando nacen los primeros Objetos Mágicos, a los que denominó Santerías. Serie que inició con la obra “ El Ojo de Dios”. Abreu se fue por las calles de París recogiendo desechos y transformando los objetos de uso cotidiano en obra de arte. En entrevista que le hiciéramos en Maracay, a finales de mayo de 1986, nos confesó el origen de esos objetos.

    -Un día, en París, vi a Soto haciendo su trabajo de cinetismo, y los otros que también estaban en esa búsqueda cinética, había una búsqueda  abstracta y yo no entendía nada de esa vaina, y me decía: yo quiero hacer una cosa que esté en la modernidad pero que al mismo tiempo tenga vinculación con lo que yo soy. Entonces un día le dije a Marcos Castillo: yo quiero hacer una brujería, acompáñame, entonces cogí un cajón y nos fuimos a la calle, recogí desechos botados, muñecos, flores viejas y las pegué en el cajón. Ese es el origen de los objetos mágicos, pero yo fui al Museo del Hombre a ver la magia en las culturas africanas y eso me ayudó a sustentar mi trabajo. También un poco sustentado por los objetos poéticos de los surrealistas. Fue un encuentro conmigo mismo, recordaba los santos de mi pueblo, y me dije: Voy a hacer una especie de santería, que después le puse el nombre de objetos mágicos”.

    También refería el maestro Abreu, en esa oportunidad, que el encuentro con París le dio esa apertura, pero siempre regresando al mundo que había vivido, cosa que ocurrió también con su pintura. “De ese tiempo es La  Dama Vegetal, es decir, siempre mi búsqueda es una relación con la naturaleza, con la vegetación, con la fauna, con la selva , con lo mágico, por eso la escuela que me llamaba la atención era  ya la escuela surrealista. Eso me alimentaba mucho, veía que era un lenguaje libre, basado sobre el inconsciente y eso era lo que yo estaba tratando de hacer,  una pintura que viniese de mis vivencias , de mis recuerdos, del país donde yo soy, eso fue lo que hice y eso fue lo que quedó, porque esos objetos mágicos han hecho daño y hay quienes comienzan a llamarlo a uno maestro”.

En Venezuela los Objetos Mágicos se dieron a conocer en una Exposición Individual realizada en el Museo de  Bellas Artes. En la presentación de la misma el artista apuntó: “ busco a través de las ordenaciones plásticas y de los contrasentidos, y en las oposiciones de fuerzas, develar el acto mágico; sacrificando los estados complacientes para crear fuerzas vivas y de esta manera animar los objetos. En ellos aporto la evidencia de mi propia demarcación física y psíquica, no cerrándome a las puertas  del  Universo y aceptando mi alienación activa (...) considero la pintura como una filosofía potencial y viviente, ella debe latir en todos los corazones y ser respirada por el Universo entero (...) busco en lo imposible para demostrar que no soy yo sino el otro. Soy la multitud en mi propio devenir”.
 
    En torno a esa exposición el poeta Juan Sánchez Peláez refirió que el caso de Mario Abreu era singularísimo dentro de la plástica venezolana “ Ha elegido entre tanta exuberancia fácil, el máximo rigor. Siempre fiel a si mismo, parte de cero y realiza en cada acto creador, la gran aventura. Ha opuesto a la habilidad el riesgo, a la paleta que ejecuta , la mirada; al oficio de representar las cosas, la invención del poeta”.

¿ BRUJO? ¿MAGO?

    Edificador de una poética  que comenzó a soñar en el Turmero de su infancia Mario Abreu nos recuerda  a los antiguos alquimistas, cosa que el sustentaba  cuando afirmaba ser un artista  que podía perfectamente haber habitado siglos antes de Cristo. Jamás renunció a su porte de patriarca campesino, y era común encontrarlo en un salón de arte interrumpiendo una conversación  para buscar un pedazo de tierra donde escupir su boleada de chimó. Cada taller de Mario Abreu era un altar  en el que cabía toda la imaginería de América, sin embargo cualquier respuesta a sus condiciones de brujo y de mago estaban en su obra.

    “Todo se debe al enfoque que yo hago  de lo mágico en el arte, es una predominante en mi obra. Yo busco lo mágico como fuerza primigenia, que es lo que da impulso, después vienen otras cosas. Lo primero fue la magia , desde las primeras cavernas cuando el hombre impregnaba las manos en los sitios que habitaba, esos eran actos mágicos. Yo creo que tenemos ese potencial vivo, que no se ha agotado”.

    En 1975 Mario Abreu obtuvo el Premio Nacional de Artes Plásticas y por esa misma época comienza a trabajar la técnica del pastel. De manera que cuando en 1980 presentó la  exposición  individual “El Mundo Mágico de Mario Abreu”, en la Galería Durban, en Caracas,  confesó:  “Vuelvo a la pintura, al pastel, porque ella me permite mucha flexibiliad y más rapidez en su confección, lo que se traduce en un trabajo mucho más espontaneo. El objeto en tanto requiere mucho  más tiempo de observación, recolección y selección de los materiales. En cuanto a diferencias, yo creo que hay una unidad de trabajo que está manifiesta desde el comienzo de mi obra, pero yo no podría establecer diferencias. No podría decir a mi me parece que es lo mismo, porque eso corresponde al crítico y no al artista”.

    En 1981 el Museo de Arte Contemporáneo de Maracay realizó la exposición “Homenaje a Mario Abreu”, con la presencia de  importantes creadores del país. En 1985 la Asociación Venezolana de Artistas Plásticos- AVAP- le otorgó el Premio “Armando Reverón” en reconocimiento a su larga trayectoria creacional  que ha aportado códigos artísticos de profundas raíces en la búsqueda de un  carácter latinoamericanista, perfilando en las Artes Visuales venezolanas  una tendencia que reafirme la proyección de su obra  inserta en una identidad nacional”.

    Según algunos críticos su obra comienza a cambiar , favoreciendo los tonos apastelados y las imágenes de ensueño, lo que fue definido por José Balza  como “un erotismo poético”, tal como se evidenció en la Exposición “Las Puertas del Reino” en la Galería G de Caracas, y en cuyo catálogo el mismo Balza escribió: “Dos grandes secretos musicales producen la unidad y el encantamiento de esta exposición. Por un lado el delicado uso del pastel. Contornos, atmósferas, sugerencias, todo adquiere una textura de terciopelo, acariciador ,delusorio. El color enfatiza una sintonía del verde, para que irradien los amarillos y el rojo heráldico. Por otro lado, aunque únicamente aparezca explícito  en algunas ocasiones, cada obra es fiel a un principio orgánico: el óvalo”.

En 1990  la Galería  Municipal de  Arte de Maracay organiza la Exposición Antológica de Mario Abreu. El artista fallece en la ciudad de Caracas en 1993,  año  en el cual el Museo de Arte Contemporáneo de Maracay toma su nombre. Y, en 1994 la misma institución realiza la muestra  “ Homenaje al Gran Mago”, que abarcó 50 años de actividad creadora  del maestro turmereño. 

Viajero del mundo, su obra, que en opinión de muchos entendidos tuvo un reconocimiento tardío,  se erige como uno de los legados artísticos  más importantes de la América que fue el color, la magia y la pasión de su vida. 


                                         AMIGO DE  LOS POETAS

    Desde su nacimiento como artista Mario Abreu  anduvo de la mano de la poesía. Confesaba su admiración  por los surrealistas y su hermandad con los poetas venezolanos, a quienes consideraba  como los mejores lectores de su obra , sobre todo la  generación de los años 60.

    “ Vivíamos en un constante ir y venir, había un amor muy fuerte entre nosotros, teníamos mujeres, amores, pero la idea nuestra era tomar el país, recorrerlo, conocer sus pueblos y sus ríos, bautizarlos como una vez lo hicimos en Altagracia de Orituco. Fue una locura muy linda dentro del país y desprendido de todo. Ese período fue muy bello, se fundó la Pandilla de Lautremont, luego La República del Este, entonces yo creo que desde el punto de vista vivencial yo he vivido intensamente con mis amigos los poetas”.

   
                EL ALTAR DE LOS POETAS
       
                                    Santos López   
“Yo, Mario Abreu, considero que en un país  donde no existen  críticos especializados, los poetas  vienen a ser  los más cercanos a una genuina  interpretación  de mi plástica. Una de las fallas de la pintura  venezolana ha sido  la poca comunicación entre los artistas plásticos y los poetas, que son los más próximos  a un estado  de revelación  del inconsciente”, dijo Mario Abreu cuando exponía su “Mundo Mágico” en 1980, en la Galería Durbán.
A cinco años  de esa declaración, hoy  todavía la mantiene con mayor fervor.
-¿Qué representa  para usted  haber mantenido siempre estrechos vínculos  con los poetas venezolanos?
    -Representa mucho. Los poetas son como  un campo abierto. Tienen una ventaja  sobre los pintores. son más despojados ( cuando son verdaderos poetas); tiene la suerte  de ser los más pobres, y da  la impresión  de que nosotros  los pintores  tenemos la mala suerte  de ser más ricos, porque la sociedad compra nuestro arte. A los poetas se les lleva en el corazón, en los sentimientos. a veces  a nosotros nos llevan  en los ojos  y nada más. En poesía tal vez no se especula tanto,  sobre  la pintura  si se especula  y hasta se vive de esas especulaciones.
Hay más todavía, con los poetas  se puede conocer el infierno y la belleza del infierno. Los poetas deberían ser guías del universo, si acaso ya  no lo son. Son los más desarticulados y no los devora la sociedad de consumo. Tal vez porque sus barcos no están anclados”.
    -¿ Le gustaría ser poeta?
-Mi gran frustración es no ser poeta. Yo pretendo serlo. Uno de los pintores  que más intensamente  ha convivido con los poetas creo que soy yo. Mi gran admiración  es tener  el atrevimiento de escribir un poema” ( El Nacional, 30/06/85)

 
            MARIO ABREU GALLO-LOBO
                                    Ramón Palomares

El otro día los aullidos de Mario Abreu entraron por mi cueva  volteándolo todo alrededor y formando tremendo alboroto. El Mario estaba disfrazado de gallo lobo y se empeñaba en arrebatar del sueño aquellas corrientes y raídas piedras que suspiraban en la luz cenicienta . Había sido una tarde casi inmóvil hasta ese momento de sus cantos- rugidos, y el ámbito había permanecido tranquilo, más bien plácido en su rugosa y parda melancolía.  Entró entonces este mago convertido  en plumas y pelambres, pico largo hocico, acompañado de una mesnada  de zumbantes colores entre los que privaba el rojo impresionante  de crestas volcánicas y brasas de cayenas que abrían en el aturdido espacio su asombrosa alucinación. Fiero, el Mario aventajaba a aquellos pobres habitantes del gris que mantenía yo con especial cuidado de sus celajes de amanecer, naturalmente albas lluviosas. De modo que al punto de su estruendo hubo, aparte de la estentoria  conflagración  de aullidos y cantíos, una revelación estallante en todo el contorno: los nuevos colores se desprendían de aquel pequeño cielo dando ocasión a un increíble triunfo de amarillos y anaranjados, hechos trizas entre mandíbulas y espolones amén de picos  y ojos incandescentes, pues la furia de un mago así puede enceguecer  al mismísimo ojo celestial.
    -Mario le dije- ¡ Basta! Tus aullidos rabiosos han convertido mi cueva en desenfrenado, rugiente, maldiciente trópico ( Debo reconocer que pedía tregua). Entonces él, con su ojo izquierdo que mira como a trancos, hizo un visaje  todavía más endemoniado y se revolvió entre secretos y malignos conjuros , y dando un zarpazo terrorífico hizo aparecer en el de repente y ya sereno recinto un ángel irradiante que nadaba entre música: un Ángel Otro que desde entonces me acompaña intercambiándose  muchas veces  con mi propio Ángel de La Guarda.
                                ( El Nacional , 27-02-93)
   
                NATURALEZA VIVA
                                                          José Barroeta
Cuando hablamos de Mario Abreu es imposible olvidar que estamos frente a un hombre que pasa la noche en el infierno y regresa con palma bendita en el corazón. Padre y madre, pintor, músico, poeta, muerte y relámpago de todos, Mario Abreu nos ha descubierto a sus amados de la Pandilla Lautremont, que más allá de la literatura está la vida, que los colores son ramajes de éste y otro mundo que nos inquietan para que la tierra tome el  encanto de la noche y  vuelen gallos sonámbulos entre la infancia, los montes y la muerte. Es el más grande de nuestros magos y con él aprendimos a celebrar equívocos y a nombrar con reverencia la tierra . Su pintura es la del profeta que ha cruzado con ojos de Turmero la vida y que deja el agua, la edad de la mujer y de Dios, derramada sobre un trópico amado. Desde su ventana abierta miran los mundos y nosotros como frutos, como árboles  y animales sedientos  aguardamos su lluvia para recomenzar nuestra errancia.


ARBITRIO DEL TROPICO
                           
                            Ángel Eduardo Acevedo

    Por las artes, que es igual decir la amistad y la vida  fraterna de Mario Abreu, mis efluvios se llaman copa y sobrio rigor, hartazgo de trópico podrido y obediente  castidad: se llaman voluntad  de voluntad.
    Por el arte de su compañerismo le hago guiños  desde la rendija de un cuajado pastel de serpientes  que configuran  a la vez  su rostro, el mío y el de nuestra América.
    Por su humor inagotable  y grave  que ni  desafina ni da tregua aún en  los aniversarios de  nuestros muertos entrañables.
    Por quien dejó  a mi arbitrio el elevado cargo de transhumar con Vicent, que dijo sobre Mario “El es la fuerza de la naturaleza”.
    Envía el agradecimiento de todos.

MAGO, DEVUELVE
                                Luis Camilo Guevara

Oye tú, Mago, las felicidades y las desdichas
son como un alboroto dentro del corazón
y cuando  se hacen  muy largas o muy cortas
ya no parecen sino pencas embrujadas
que se le atraviesan a uno  en los  trovares del alma.

¿No ves
que estamos fallando y ya  uno de nosotros
(el más nosotros)
anda extraviado
entre las malezas picoteadas de abril?

Resucítalo tú, en los celajes con tronos de lechuzas,
en los bejucales encendidos  por donde  pasa el río
de los amores de siempre.

Resucítalo, ahora,
cuando oficias en medio del asombro
entre mujeres aladas, hechizos, pájaros realengos,
cuando estamos tocándote y esa gracia nos abre el cielo
de par en par.

MARIO ABREU SEGÚN EL MISMO

“No me interesa la pintura por la pintura, me interesa mi propia profundidad navegante  en el presente, pasado y  futuro; trabajo  como un alquimista ubicando los objetos en el espacio, complejo en su propia demarcación; yo no cuento más  que con los estados  de iluminación, no por el desarreglo de mis sentidos, sino por el arreglo de todos los contrasentidos”.

Sin embargo, a juicio de algunos observadores, su obra  parece responder  a una rigurosa  concepción racional.
“Yo considero que mi obra en el plano de la realización  o estructuración  de los elementos pueda parecer racional. Todo arte  es una organización  del espíritu donde los razonamientos  no sirven  sino de medios de  comunicación  con lo profundo  de la conciencia irracional. el problema está  en que detrás  de lo racional, el contenido es mágico. Yo, Mario Abreu, considero que en un país  donde existen  críticos especializados, vienen a ser los poetas  los más cercanos  a una genuina interpretación  de mi plástica. Una  de las fallas de la pintura venezolana ha sido la poca  comunicación  entre los artistas plásticos y los poetas, que son  los más próximos a un estado de revelación inconsciente”.

Si me permite, debo confesarle que  muchos otros han preferido ver en Ud. a un artista puramente intuitivo, elemental.

“Eso se debe, fundamentalmente, a mi manera de ser y, si se quiere, a mi configuración étnica. Yo fui un hombre de campo, agricultor, y he permanecido vinculado a las manifestaciones  de tipo popular, aún folklórico, lo cual ha motivado  que algunos me hayan  calificado, equivocádamente, de “pintor primitivo”.
“De ahí que  cuando me dicen que mi pintura  tiene el estilo de los llamados “primitivos”, no lo tomo  como una subestimación.  En un continente  con 500 años de influencias, tenemos  muy vigentes  la raíz autóctona  que yo quiero  y deseo conservar, elaborando  y desentrañando  su poderosa lección”.

Esa “raíz autóctona” a que Ud. se refiere, ¿tiene algo que ver  con la llamada “ búsqueda de una pintura nacional?
“ Yo no  he tratado  nunca de hacer  pintura nacional.  Tampoco se puede ubicar  mi obra  en un nivel  popular o folklórico. Respecto a las superticiones populares no me han  costado  ningún esfuerzo, puesto que  ellas forman parte  de mi propia experiencia vital”.
“El pueblo entiende  hasta dónde  eso funciona  ritualmente, pero los órdenes estéticos que establece el artista, esos no le llegan...”.

    ¿Cree Ud. deberle algo a sus 10 años en Francia y, en todo caso,  qué tipo de correspondencia  establecería  entre Europa y el mundo latinoamericano?
“Por supuesto que sí. Experiencia humana y técnica, si bien la orientación  de mi pintura sigue en la línea americanista, que no tengo el propósito de abandonar”.
“Los europeos han sabido muy bien  hacer sus  injertos llevándose las semillas vivas de África, de América, del Japón, de la India; en cambio  las semillas transportadas por nosotros de Europa son famélicas, esterilizadas, estíticas o estéticas”.
“Debido a su gran cultura, Europa  tiene las  posibilidades de captar  más rápidamente las sugerencias que América lo puede hacer  y, por  consiguiente, hacer  un injerto mucho más vitalizado que el que nosotros  pudiéramos  hacer  bajo las sugerencias europeas. Pero creo también  que  en la hostilidad del medio se pueden lograr resultados  directamente proporcionales  a esa hostilidad. Cuanto más  difícil y contrario, más nos superamos  en nuestros logros. Nosotros tenemos una vitalidad que nos puede llevar  a un potencial impresionante. Por  todo ello creo que la lucha  que tiene que sostener  el artista venezolano es vital para la creación artística”.

    ¿Constituye Mario Abreu un ejemplo de artista revolucionario?
“Yo podría decir que soy un hombre de posición  revolucionaria, pero esto lo testimoniaría dejándolo viviente en mi obra. Desde que empecé a tomar conciencia del mundo  exterior , he estado  plenamente identificado  con los problemas humanos de los cuales  yo he sido  uno de los tantos  pintores  que han pasado  por angustias tremendas. Yo  considero que  la posición actual  del artista  en América debe ser  la búsqueda  profunda  con los problemas  esenciales de la plástica y lo que  corresponde  al medio social en que uno vive.  Personalmente  mi posición como artista  ha sido bastante clara, interrogando siempre desde América, busco testimoniar  todas esas conmociones de mi sentir y vivir social”.
“Mis obras están ligadas, en lo plástico,  a una geografía, concretamente  la venezolana, que me  atañe desde todos  los puntos  de vista. Y en el orden universal, a la trascendencia  o alcance  que pudiera  tener la intención  del contenido  en la obra. Por lo general trato de expresar  las enormes  conmociones  de este continente joven y de un pueblo joven, como  el nuestro”.

Su visión de mundo, como puede verse, corresponde  más que a una  ideología, a un orden de ideas independientes y autónomo  donde la PINTURA constituye  una filosofía potencial y viviente, llamada a latir  en todos los corazones  y ser respirada  por el Universo entero . Nada más simple, ni más vasto.
“Todos los relojes  se han detenido-al decir de Jean Claude Tertrais- y contienen la respiración. El pájaro Abreu se aleja, sembrando  de lava  con su cola encendida el delta del Orinoco, en la  encrucijada  que forman  la Sierra Parima y la Calle Germaine”.
Francisco Da Antonio. (Catálogo de la Exposición retrospectiva de Mario Abreu en la Galería Universitaria de Arte, Caracas, Octubre 28, 1977)


                                               BIBLIOGRAFÍAS


    • ALVARENGA, Teresa. Más importante el Museo del Hombre que  el de Arte Moderno.  Suplemento Cultural de Ultimas Noticias. Caracas. Noviembre.12 -1972.

    • BALZA, José. El Fiero ( y Dulce) Instinto Terrestre. Ejercicios y Ensayos

    • BARROETA, José, Ramón Palomares y otros. Catálogo Las Puertas del Reino. Galería  G. Caracas- 1985

    • CHACON, Katherine y Gladys  Yunes. Cronología comentada de Mario Abreu. Catálogo “Homenaje al Gran Mago Mario Abreu. Museo Contemporaneo de Maracay Mario Abreu. 1994

    • DA ANTONIO, Francisco. Mario Abreu según él mismo. Catálogo-Exposición  retrospectiva de  Mario Abreu. Galería universitaria de arte. Caracas. Octubre 28-77.
    • LÓPEZ, Santos. Pintar es caminar por dentro. El Nacional. 30-06-85

    • RUIZ, Pedro. La
Memoria de Aragua, Volúmen I.  Editorial Mara. Caracas. 1989.

    • VALDEZ , Teresa. La Verdad Mágica  de Mario Abreu.  Diario de Caracas. 30-11-90.
  
















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